El croata tiene decidido jugar en el Real Madrid pese a que su club le ofrecía ganar 5,4 millones al año, el doble de lo que cobra ahora.
El Tottenham no logró su objetivo. Logró retener a Gareth Bale, que a finales del mes pasado anunció su nuevo acuerdo con los Spurs hasta 2016. Por su parte, Modric se mantuvo firme en su idea de marcharse. Nada más acabar la Eurocopa, se lo comunicó al Tottenham. Según la prensa croata, se acogió en ese momento al transfer request y en su carta expuso a la entidad los motivos por los que quería irse, aunque ni el jugador ni el club inglés han llegado a confirmarlo.
La decisión de Modric de rechazar la oferta del Tottenham no hizo más que confirmar que a los dirigentes les sería imposible retener otro año al centrocampista, que ya la campaña pasada mostró su voluntad de irse -tenía una oferta del Chelsea- pero el Tottenham no aceptó la oferta de 40 millones de euros de Abramovich y el jugador, que renovó su contrato en 2010 por seis años, tuvo que seguir en White Hart Lane en contra de su voluntad.
Modric no ha querido escuchar la oferta del Tottenham ni de otros clubes que han vuelto a la carga. El Manchester United, de nuevo el Chelsea y más recientemente el PSG han presentado ofertas al agente del jugador, pero éste ya ha dejado claro que Luka quiere vestirse de blanco.
El problema del Madrid es cerrar el acuerdo con el Tottenham, que ha insistido que no puede aceptar 35 millones de euros cuando el año pasado rechazó una propuesta del Chelsea de 40 kilos. Por eso mismo, y como anunciaba este domingo MARCA, los ingleses aceptan el fijo planteado por el Madrid siempre y cuando se pueda llegar a los 40 con unas cantidades por objetivos. Los blancos se han plantado en cinco por objetivos para llegar a los 40, pero los Spurs quieren siete por este concepto.
Con el jugador, el Madrid espera tener menos problemas. Le van a ofrecer un contrato de cinco años y unos 4,5 netos al año, colocándose en el segundo escalafón salarial de la plantilla junto a Özil o Xabi Alonso.
El futbolista apura sus vacaciones en Zadar, su ciudad natal, y ya tiene claro que no le queda otra opción que ponerse a las órdenes de Villas-Boas en el Tottenham mientras se sigue negociando su fichaje entre los clubes.
Sin embargo, el croata está tranquilo. Sabe que queda tiempo y cree que en esta ocasión los Spurs han aceptado negociar y tarde o temprano hará las maletas.
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