Los de Mourinho ganaron el partido pero la fatídica lotería desde
los once metros impidió alcanzar la final de Múnich a un Real Madrid que
mereció superar la eliminatoria.
Una
pena. Tras 120 minutos intensos de fútbol del bueno, con dos equipos
entregados buscando un pase a la final tuvo que ser la maldita lotería
de los penaltis la que dejó fuera al
Real Madrid.
Con un Santiago Bernabéu volcado con su gente desde el inicio, los
blancos lo tuvieron en su mano pero no pudo ser. La suerte se alió con
los alemanes, que jugarán en su estadio la gran final de la Champions.
No es fácil analizar lo que sucedió en el Bernabéu. A los trece minutos
los de Mourinho ya ganaban por 2-0 y la eliminatoria parecía
sentenciada. Cualquier otro equipo del mundo se hubiese arrugado, pero
el orgulloso Bayern no. Con todo perdido se lanzaron en busca de un gol y
lo lograron. Lo que vino después es fútbol típico de las noches
europeas. El Real Madrid tuvo más ocasiones, pero no acertó. Tras 120
minutos se llegó a lo que nadie quería. Lo que más temen todos los
equipos. La tanda de penaltis y ahí al Bayern le pesó menos la
responsabilidad y se llevó el pase a la final. La afición, pese a la
eliminación, supo reconocer el esfuerzo del equipo y despidió a los
suyos con una gran ovación. No pudo ser.
El Real Madrid arrancó con el mismo once que en el Clásico del pasado sábado con la novedad de
Marcelo por
Coentrão.
Con un Bernabéu entregado como los jugadores le pidieron los blancos
salieron lanzados. Con una marcha de más, los de Mourinho superaban al
Bayern. En el 5’ iba a llegar el 1-0. Penalti de Alaba por mano a
disparo de
Di María y el árbitro no dudó en señalarlo.
Cristiano Ronaldo
se iba a encargar de hacer el gol y desatar la euforia entre la afición
madridista. Los alemanes no se asustaron y dos minutos después Robben
pudo empatar pero su remate, solo bajo palos, se marchó fuera. El Bayern
avisaba. Pero en el 13’ iba a llegar el 2-0. Ronaldo se hace con un
balón en la frontal y bate de manera suave y colocada a Neuer. No se
había llegado al cuarto de hora y los blancos ya ganaban por dos goles.
El Bernabéu enloquecía y la afición jaleaba el nombre del delantero
portugués.
Pero el Bayern no se amilanó. Dio un paso hacia delante y comenzó a manejar el balón y a poner en apuros a
Casillas,
que una vez más estuvo fantástico sacando dos buenos disparos a Mario
Gómez. En el 26’ iba a llegar el 2-1. Robben, de penalti, acortaba
distancias en el partido e igualaba la eliminatoria. Los alemanes se
volvían a meter en la semifinal. El Real Madrid acusó el gol de los de
Heynckes. Mario Gómez pudo adelantar al Bayern pero Casillas le sacó el
balón. En el 30’
Benzema
tuvo el 3-1 pero su disparo se marchó por muy poco. En el descuento los
alemanes tuvieron el 2-2 pero el portero del Real Madrid volvió a
lucirse tras el disparo de Robben. Así se llegaba al descanso.
La segunda mitad comenzó sin cambios. Tras el paso por el vestuario los
dos equipos tomaron precauciones. El Bayern tenía más el balón, pero el
Real Madrid salía a la contra y creaba más peligro. Los minutos pasaban y
no había ocasiones claras para ningún equipo. En el 56’ Benzema se
inventa una jugada personal y su potente disparo lo saca in extremis
Neuer. La afición sabía que su equipo le necesitaba y comenzó a rugir de
nuevo. A intentar llevar en volandas a su equipo a la soñada final de
Múnich.
Transcurría el tiempo y los dos equipos tomaban precauciones. En el 85’
Mario Gómez tuvo el 2-2 pero estuvo lento en el punto de penalti y los
centrales blancos le sacaron el balón con rapidez. Antes Mourinho había
retirado a Di María por
Kaká en el 75’ buscando una mayor posesión de pelota. El partido tocaba a su fin y la prórroga era inevitable.
Los 30 minutos fueron muy duros para los dos equipos. El esfuerzo físico
había sido enorme, sobre todo por parte del Real Madrid, que venía de
disputar un durísimo partido ante el Barcelona mientras que el Bayern
había reservado a ocho jugadores para este partido. Los minutos fueron
cayendo y la eliminatoria se dirigía, de manera inexorable, a la tanda
de penaltis. Lo que nadie quería iba a suceder. El árbitro pitó el final
y los dos equipos, exhaustos, se disponían a jugar a la ruleta rusa de
los penaltis.
Todo el Real Madrid se ponía en manos de Casillas, el héroe del
madridismo muchas noches, el mejor portero del mundo. Comenzó lanzando
el Bayern y Alaba hacía el 0-1. Le tocaba el turno a Cristiano Ronaldo,
el gran protagonista del partido con sus dos goles, pero Neuer le
adivinó la intención. Los alemanes se pusieron 0-2 con el gol de Mario
Gómez. Kaká falló y todo parecía perdido. Entonces surgió la figura de
Casillas que detuvo dos penaltis. El pase a la final estaba a un paso.
Pero no era la noche del Real Madrid.
Ramos
no acertó y Schweinsteiger marcó el penalti que daba el pase a la
final. Los jugadores blancos, abatidos, dieron las gracias a una afición
que despidió a los suyos con una gran ovación. El Real Madrid mereció
mejor suerte y fue más equipo que el Bayern en Madrid y en Alemania,
pero la maldita lotería de los penaltis le dejó fuera de la ansiada
final. Pese a todo hay que darle la enhorabuena al equipo por la gran
temporada que ha hecho en Europa.
No hay tiempo para las lamentaciones. El domingo a las 12:00 horas
regresa la Liga y el Real Madrid podría ser campeón si derrota al
Sevilla y el Barcelona cae en Vallecas. La ventaja de siete puntos es
considerable y el equipo ya sólo debe pensar en ganar la Liga.