El vuelo duró dos horas y media y la plantilla completó un viaje tranquilo y con un gran ambiente
La expedición del Real Madrid disfrutó de un
relajado vuelo a Múnich que duró alrededor de dos horas y media, y en el
que predominó el buen ambiente antes de la importante cita de
semifinales de Champions que afrontará el equipo. Los futbolistas del
conjunto blanco se distrajeron durante el viaje descansando, leyendo,
charlando, escuchando música o viendo películas durante el trayecto, en
el que también tomaron un pequeño tentempié. El vuelo recorrió 1.400
kilómetros y sobrevoló la península y los Pirineos para pasar después
por encima de las ciudades francesas y suizas de Toulouse, Lyon, Ginebra
y Zúrich antes de aterrizar en Múnich.
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